lunes, 8 de agosto de 2011

La Inmaculada Concepcion de olivares




















LA PREDILECCIÓN DEL CONDE DUQUE POR EL MISTERIO DE LA CONCEPCIÓN INMACULADA


“Don Gaspar de Guzmán hizo gala durante toda su vida de una religiosidad que creemos sincera, en compañía de la virtuosa y austera condesa Inés de Zúñiga, algo que por otra parte no era ajeno a la generalidad de las personas nobles de su tiempo, y que iba en consonancia con el creciente prestigio de la casa de Olivares en la España del primer cuarto del siglo XVII. Esta inquietud trascendió en la erección de numerosos patronatos sobre diversos conventos, santuarios y órdenes religiosas, pero sobre todo en la fundación de algunos nuevos monasterios masculinos y femeninos en diversos lugares de sus dominios señoriales.

La devoción y el amor a la Virgen María está presente en todos ellos, pero muy especialmente procuraron los condes la veneración del misterio de su Inmaculada Concepción, que el conde tuvo presente durante toda su vida, como quedó patente cuando dictó su testamento, otorgado en Madrid en 1642; declara don Gaspar en los primeros párrafos, en los cuales era entonces habitual reflejar la profesión de fe católica de los otorgantes, después de pedir perdón a Dios por sus “muchos y muy grandes pecados”, que “asimismo a la gloriosísima Virgen y Madre de Dios abogada de los pecadores suplico por su purísima concepción sin pecado original lo sea mía y no me desampare en la hora de mi muerte, sino que con el Ángel de mi guarda y los demás...me ayude con su especial favor para que mi alma consiga la bienaventuranza para que fue criada”.

Años atrás, en 1626, cuando los terceros condes de Olivares decidieron llevar adelante lo que había sido un anhelo de sus antecesores inmediatos, es decir, la fundación de un monasterio de monjas dominicas (se elegía ésta orden porque Santo Domingo de Guzmán era considerado el más ilustre antecesor en el árbol genealógico de los guzmanes), el cenobio fue puesto bajo la advocación de la Inmaculada Concepción. Además, en la escritura de fundación y dotación de este monasterio, otorgada en Madrid el 5 de enero de 1626, manda el conde que las religiosas celebren determinadas fiestas con especial solemnidad, unas en memoria del rey y otras como devociones particulares de los patronos y su familia, declarando textualmente que “quiero que por mi devoción se celebren las fiestas de nuestra Señora de la Concepción con su octava y todas las demás fiestas de nuestra Señora”, lo que indica claramente la predilección especial del conde por el misterio de la Inmaculada, algo que queda corroborado más adelante al hablar de los retablos e imágenes que debían colocarse en la iglesia conventual, cuando dicen los patronos que “queremos y ordenamos que en el altar mayor de la yglesia del dicho Convento aya en la parte principal del retablo una ymagen de la concepción de nuestra señora”.

Este monasterio, que en un principio se estableció en la localidad sevillana de Castilleja de la Cuesta, fue trasladado por orden de los condes a la villa madrileña de Loeches en 1639, donde aún continúa en nuestros días,...

Pero donde más amplia y explícitamente se pone de manifiesto que la de la Inmaculada era la devoción mariana predilecta del Conde Duque es en las páginas de los estatutos que el propio noble se encargó de redactar…

En los dos siguientes estatutos se dispone que en este altar debía arder perpetuamente una de las cinco lámparas grandes de plata que habría de haber en el templo, así como que debía ser desde este altar, convenientemente adornado al efecto, desde donde se expondrían solemnemente al pueblo las reliquias en tres fechas señaladas del año, cuáles eran el día siguiente a la fiesta de Nuestra Señora de las Nieves en agosto y los segundos días de las Pascuas de Navidad y Resurrección. Ya en el título VII, donde se trata de “las cargas y obligaciones que han de tener el Abad y Cavildo y los demás acerca de los Oficios Divinos y Fiestas que se han de celebrar”, se establece que el día de la Concepción de la Virgen deberían celebrarse “maitines solemnes a canto llano”, una misa Pontifical cantada que tendría que presidir el propio abad de la colegiata, y una solemne procesión por las calles que haría estación al “convento de monjas”; hay que precisar que el Conde Duque hacía esta mención porque su intención era en principio fundar en Olivares el monasterio de dominicas que finalmente se establecería en Castilleja de la Cuesta.

Por otra parte, la capilla musical de la iglesia colegial alcanzaría efectivamente un gran auge en el siglo XVIII, y de ello es testigo el fondo musical que aún se conserva en su archivo. Finalmente, en el estatuto XII de este mismo título VII se ordena que “todos los sábados por la mañana, fuera del Sábado Santo, antes de Prima, se dirá Misa de nuestra Señora, cantada a Canto de Órgano, conforme al tiempo y Misal Romano, en el Altar de la Concepción de nuestra Señora con mucha solemnidad”.

Por lo que se contiene en los Estatutos, es claro que la intención del fundador era otorgar un papel preponderante en la colegiata a la Imagen y altar de la Inmaculada, un mandato que luego, como veremos seguidamente, se vería cumplido solamente a medias y con mucho retraso por el cabildo, en parte a causa de la demora en la finalización de la edificación del templo, y en parte porque tras la muerte de los patronos y el progresivo alejamiento de sus sucesores, fueron surgiendo otras prioridades en lo relativo al adorno de la iglesia colegial.

De cualquier forma, conviene dejar sentado que el culto a la Virgen en su Inmaculada Concepción que tanto deseó el Conde Duque no decayó nunca, impulsado a veces paradójicamente más por el pueblo que por los propios capitulares.”

Extraído del artículo “La Inmaculada Concepción en la Colegiata de Olivares” Francisco Amores Martínez

Actas del Simposium, La Inmaculada Concepción en España: religiosidad, historia y arte, 2005, págs. 1031-1062

La imagen de la Inmaculada Concepción de la Virgen que se venera en la Colegiata, fue realizada en el taller de Gabriel de Astorga en 1855, coincidiendo con la proclamación del dogma de la Inmaculada Concepción sin pecado original de la Santísima Virgen María por la Iglesia.

La talla de la Virgen de la Inmaculada está situada sobre una peana de madera dorada y adornada con cabezas de querubines. Es una talla de candelero para vestir y con cabello natural, está orlada con una diadema de plata con estrellas y media luna a sus pies.

A esta advocación mariana se le dedica la Octava de la Inmaculada, siendo colocada la imagen para esta festividad en el altar mayor de la Colegial.

15 de Agosto VIVA LA VIRGEN DE LOS REYES









Nuestra Señora de los Reyes es la Patrona General de Sevilla y de la Archidiócesis de Sevilla que cada 15 de agosto es sacada en procesión con motivo de la festividad de la Asunción de la Virgen. Se venera en la Capilla Real de la Catedral de Sevilla y es la titular de la Asociación de Fieles de Nuestra Señora de los Reyes y San Fernando, fundada en 1905.

Historia

En su origen se entremezclan la historia y la leyenda, existiendo la creencia de que fue creada por los ángeles del cielo, también se cuenta que fue donada al rey San Fernando por el monarca francés Luis IX (primo hermano del rey santo), referente al rey que reconquistó a la ciudad también se cuenta que la vio en sus sueños, mandó hacer una talla de su visión y que la acompañó en la reconquista. Otra versión es que encontraron la bellísima imagen y por esa razón, la acompañó en la reconquista. Su llegada a la Catedral parece ser que fue por mediación de Alfonso X el Sabio.

Títulos y Honores concedidos a la Patrona de Sevilla

  • El día de 4 de diciembre de 1904 es Coronada canónicamente, siendo la primera imagen que tiene este honor en Andalucía.
  • En 1958 le es impuesta la Medalla de Oro de la Ciudad de Sevilla. Siendo la primera imagen que la recibe en Sevilla.
  • Su Santuario es la Capilla Real de la Catedral de Sevilla , también llamado Santuario Mariano de la Ciudad de María.
  • Es la Patrona del Consejo de Cofradías de Sevilla.
  • Es la Alcaldesa Perpetua de Sevilla y tiene las llaves y el bastón de mando de la misma.

Breve descripción de la imagen

De estilo gótico, es realizada en madera de alerce, está articulada, tiene una altura de 1,76 m, las únicas piezas que han sido modeladas son la cabeza, manos y pies. En sus rodillas sostiene una imagen del Niño Jesús (de realización muy posterior) de 60 cm. La Virgen porta bastón de mando, medalla de la Ciudad de Sevilla y fajín de Capitán General. El paso es de litera o tumbilla (palio sostenido sólo por cuatro varales), fue realizado por Juan Talavera en el año 1914.

Su ajuar consta, entre otras cosas con cinco mantos:

  • El manto verde, bordado en oro y de estilo renacentista, donado por la reina Isabel II (muy devota) y que está considerado como una de las joyas de su ajuar.
  • El manto blanco, que es más conocido como “el de los castillos y leones”, también fue donación de la reina Isabel II en el año 1853.
  • El rojo, de terciopelo granate, donado por la Infanta María Luisa Fernanda de Borbón, duquesa de Montpensier.
  • El que estrenó el día de la Coronación canónica (4 de diciembre de 1904), que es de tisú celeste bordado en plata (restaurado recientemente por Herederos de Esperanza Elena Caro), realizado en los talleres de Olmo y donado por por la Condesa de Casa-Galindo para estrenarlo en el triduo preparatorio de la Coronación (días 1, 2 y 3 de diciembre de 1904).
  • El que estrenó en la procesión del Congreso Mariano del año 1929, que es de tisú color salmón, bordado en seda y oro por las Hermanas de la Cruz (que son sus camareras y encargadas de alternar sus mantos) con tela regalada por la duquesa viuda de Osuna.

Virgen de las Nieves 5 de Agosto




Nuestra Señora de las Nieves es una antigua advocación mariana que se remonta al siglo IV y que está muy extendida en Italia, España,Latinoamérica y Portugal.

El origen se atribuye a la época del papado de Liberio (352 - 366) en el que se relata que un anciano y acaudalado matrimonio de la nobleza patricia deRoma que no había tenido hijos y a los que se atribuía gran caridad hacia los demás, solicitaron de la Virgen María que les señalase qué debían hacer con sus bienes para garantizar el mejor uso cristiano de la herencia. La tradición católica cuenta que la Virgen se manifestó ante ellos y les indicó que, allá donde señalara, se le construyese un templo. Así, en la mañana de un 5 de agosto, amaneció nevado el monte Esquilino de Roma, lo que, como hecho extraordinario, el matrimonio interpretó voluntad de la Virgen y así lo hizo saber al Papa. Otras versiones afirman que la Virgen se apareció en sueños a los esposos y al Papa y les anunció la nieve de agosto.

La obra se concluyo un año después, con la financiación de la familia patricia y el apoyo eclesiástico. La iglesia desapareció no mucho tiempo después, y se reconstruyó por el Papa Sixto III alrededor del año 434, siendo en la actualidad la Basílica de Santa María la Mayor.

La devoción a Nuestra Señora de las Nieves quedó reducida a Roma y su periferia, al menos hasta los inicios del año 1000. La primera obra artística de la que se tiene constancia que representó el milagro se atribuye a un discípulo de Giotto que se conserva en la Basílica actual.